Tratamientos MISS – Cirugía Laparoscópica Sevilla

Cirugía de pared abdominal

Una hernia se produce cuando un segmento de un órgano interno, a menudo el intestino, sobresale a través de una pequeña abertura o de un área débil del tejido que la contiene.

La hernia puede ocasionar dolor, obstrucción intestinal y otros problemas potencialmente serios que pueden derivar en una cirugía de urgencia. La intervención para el tratamiento de la hernia abdominal es un procedimiento para corregir los defectos existentes en la pared abdominal mediante el refuerzo de los tejidos patológicos con materiales protésicos.

Las hernias pueden aparecer tanto en hombres como en mujeres y no se corrige sin cirugía reparadora de la misma, siendo este el único tratamiento posible en la actualidad de esta patología.

Los factores más frecuentemente relacionados son los antecedentes familiares, la obesidad, patologías respiratorias (EPOC, tos crónica) y esfuerzos prolongados.

Las hernias se pueden desarrollar en diferentes lugares del abdomen. Las más comunes son las siguientes:

  • Hernias inguinales: aparecen como una protuberancia en la ingle o el escroto. Es más común en hombres que en mujeres.
  • Hernias incisionales o eventraciones: Se desarrollan en el lugar del abdomen donde se practicó una incisión o corte para una operación previa.
  • Hernias umbilicales: Se desarrollan en el ombligo cuando el anillo umbilical se debilita, apareciendo una protuberancia a dicho nivel.
  • Hernias epigástricas: Son las hernias que aparecen en la línea media del abdomen entre el hueso del esternón y el ombligo.
  • Diástasis de rectos: No son realmente una hernia sino una relajación de la pared abdominal a nivel de línea media. Es más frecuente en mujeres tras embarazos y no siempre precisa de intervención quirúrgica para su reparación.

¿Cuáles son los síntomas principales de las hernias?

  • Habitualmente es fácil reconocer una hernia. Usted puede notar un bulto. Puede sentir dolor o malestar al levantar objetos pesados, al toser o al hacer esfuerzos para ir al baño u orinar. También puede notarla al estar mucho tiempo de pie. A veces una hernia asintomática puede ser detectada por el médico durante una exploración física de rutina.
  • Un dolor severo, continuo con enrojecimiento y sensibilidad de la piel local son señales de que la hernia puede estar estrangulada. Es frecuente experimentar también nauseas y vómitos. Otro signo de posible estrangulación (infarto intestinal) es la incapacidad para hacer desaparecer la hernia cuando solía aparecer y desaparecer de forma espontánea. Estos síntomas son motivo de urgencia y debe contactar con un médico lo antes posible.

Reparación quirúrgica herniaria y diástasis de rectos

Dentro de nuestra cartera de servicios correspondiente a Cirugía de Pared abdominal realizamos los siguientes procedimientos:

  • Tratamiento de hernias y eventraciones (abordaje abierto y laparoscópico)
  • Tratamiento laparoscópico de la hernia inguinal TEP (hernioplastia totalmente extraperitoneal) y TAPP (reparación laparoscópica transabdominal preperitoneal)
  • Tratamiento quirúrgico de la diástasis de rectos (abierto y laparoscópico)
  • Tratamiento de los tumores de la pared abdominal

Ventajas del abordaje laparoscópico

Una de las principales preocupaciones de los pacientes es el dolor postoperatorio y el tiempo de recuperación para reanudar las actividades habituales. La vía laparoscópica aporta ventajas respecto a la vía abierta en este sentido.

Las principales ventajas son:

  • Menos dolor postoperatorio inmediato
  • Recuperación más rápida
  • Reincorporación laboral en 48-72h
  • Vuelta a la actividad física en 1 semana
  • Incidencia de dolor crónico más baja
  • Menor incidencia de infección de la herida y la malla
  • Ingreso menor de 24 h en la mayoría de pacientes

¿Cuáles son los pacientes candidatos a tratamiento laparoscópico de la hernia?

Solo en la consulta su cirujano puede determinar si la vía laparoscópica es adecuada para usted. Según publicaciones médicas recientes, la técnica laparoscópica es la mejor opción en hernias inguinales bilaterales (izquierda y derecha) y recidivadas tras cirugía abierta. Es también muy buena opción para profesionales autónomos y deportistas, pacientes con sobrepeso (IMC >30kgm2 ).

Uno de los condicionantes para el abordaje laparoscópico es que se lleva a cabo bajo anestesia general, por lo que el paciente también tiene que ser un buen candidato para este tipo de anestesia. En caso de cirugías pélvicas previas, el cirujano debe valorar si es buen candidato para ser sometido a una reparación laparoscópica.

¿Cuál es la preparación requerida?

La mayoría de las operaciones de hernia se realizan con ingresos de corta estancia o cirugía mayor ambulatoria (menor de 24h). En muchos casos el paciente podrá volver a casa el mismo día de su operación.

La preparación preoperatoria incluye evaluación médica, análisis de sangre, radiografía de tórax y un electrocardiograma dependiendo de su edad y estado de salud.

Después de revisar junto con su cirujano los riesgos y beneficios de la operación, tendrá que dar su consentimiento por escrito para la cirugía.

Es recomendable tomar una ducha la noche anterior o la mañana de la operación para limpiar la piel.

Después de la medianoche anterior a la operación, no debe comer ni beber nada, excepto la medicación que su cirujano le haya prescrito para tomar con un sorbo de agua la mañana de la cirugía.

Antes de la cirugía puede ser necesario interrumpir durante varios días fármacos como la aspirina, anticoagulantes, medicamentos antiinflamatorios (medicamentos para artritis), etc. Su cirujano le proporcionará instrucciones con respecto a sus medicamentos.

Es muy recomendable dejar de fumar al menos 6 semanas antes de cualquier anestesia general. Además, fumar puede aumentar el riesgo de recurrencia de la hernia. En ocasiones el cirujano puede requerir que usted deje de fumar antes de la cirugía.

¿Cómo es la cirugia?

El único tratamiento curativo de una hernia inguinal es quirúrgico.

El uso de un suspensorio rara vez se prescribe ya que suele ser ineficaz. Puede aliviar algunas molestias, pero no evitará la posibilidad de incarceración o estrangulación intestinal.

Los procedimientos quirúrgicos más comunes son:

La cirugía abierta se realiza desde el exterior, haciendo una incisión de unos 8-10 cm en la piel de la ingle o el área de la hernia. Se realiza una apertura por planos (piel, grasa subcutánea y fascia del musculo abdominal) hasta llegar a la hernia. La reparación incluye la colocación de una malla de refuerzo para reducir el riesgo de que vuelva a salir la hernia. Esta técnica se puede hacer con anestesia local y sedación, anestesia espinal o anestesia general. La cirugía suele durar unos 30 minutos.

La reparación de la hernia por laparoscopia se realiza a través de tres pequeñas incisiones a la altura del ombligo de unos 0,5-1 cm. A través de uno de los orificios se introduce una pequeña cámara conectada a un monitor; a través de los otros dos orificios el cirujano puede trabajar y reparar la hernia. Luego se colocara una malla que se fija con clips absorbibles o adhesivo sellante. Este procedimiento se realiza bajo anestesia general. La cirugía suele durar unos 20-30 minutos.

¿Si no pueden operarme por laparoscopia, qué opción tengo?

En un pequeño número de pacientes el método laparoscópico no se puede realizar. Los factores que pueden aumentar la posibilidad de elegir o convertir a cirugía «abierta», son la cirugía pélvica previa con desarrollo de una cicatriz densa (adherencias) e incapacidad para visualizar las estructuras anatómicas de referencia. Todos estos factores serán analizados en la consulta o durante el acto quirúrgico, siempre priorizando el bienestar del paciente. De todos modos es excepcional la conversión a cirugía abierta.

¿Cómo es el postoperatorio?

Después de la operación, será trasladado a la sala de recuperación donde será monitorizado durante 1-2 horas hasta que esté completamente despierto.

Una vez despierto tendrá que orinar, caminar y tolerar líquidos. Si el dolor está controlado con la analgesia pautada, podrá ser dado de alta.

Con cualquier operación de hernia se puede esperar algo de dolor, sobre todo durante las primeras 24 a 48 horas. Una vez en casa, tomando los calmantes durante 4-5 días, el dolor suele ser mínimo.

Con la reparación laparoscópica de la hernia, probablemente será capaz de volver a sus actividades normales en pocos días. Podrá realizar esfuerzos físicos al cabo de unos 7 días.

La revisión será en la consulta a los treinta días para ver la evolución y confirmar la curación de las heridas.

¿Qué complicaciones puede tener esta intervención?

Cualquier cirugía puede tener complicaciones, tanto abierta como laparoscópica. Las complicaciones principales son hemorragia e infección, que son POCO comunes en la técnica laparoscópica.

Existe un riesgo muy bajo de lesión de otros órganos: vejiga urinaria, intestino, vasos sanguíneos, nervios, conducto deferente (tubo de esperma que va al testículo), etc.

Algunos pacientes tienen dificultad para orinar después de la cirugía y pueden requerir la colocación de un catéter para drenar la vejiga.

En ocasiones el paciente desarrolla hematoma e inflamación del escroto. En la gran mayoría de los pacientes esto se resolverá por sí solo y gradualmente.

Cada vez que se repara una hernia, existe el riesgo de que vuelve a aparecer. Esta tasa de recurrencia a largo plazo es baja en los pacientes que se someten a la reparación laparoscópica por un cirujano experimentado.

¿Cuáles son los signos de alarma por los que debo acudir a urgencias?

Si durante el postoperatorio presenta alguno de estos síntomas deberá acudir a urgencias para valoración:

  • Enrojecimiento alrededor de cualquiera de sus incisiones que empeora con el tiempo.
  • Dolor de las heridas que no se alivia con los medicamentos.
  • Fiebre mayor de 38 grados durante la primera semana.
  • Incapacidad para orinar
  • Hematoma que aumenta progresivamente o sangrado por una herida.
  • Dolor abdominal asociado a nauseas y vómitos.