Para muchos pacientes diagnosticados con carcinomatosis peritoneal, la citorreducción con HIPEC es una opción terapéutica clave. Para conocer más sobre este procedimiento, conversamos con el Dr. Juan José Segura Sampedro, especialista en cirugía oncológica y experto en este tratamiento.
¿Qué es la citorreducción con HIPEC y en qué casos se recomienda?
La citorreducción con HIPEC es un procedimiento quirúrgico que combinamos con quimioterapia intraperitoneal hipertérmica para tratar algunos tipos de cáncer abdominal avanzado. Básicamente, consiste en dos pasos: primero, eliminamos todas las células tumorales visibles en la cavidad abdominal; después, aplicamos la quimioterapia líquida calentada a unos 41-43°C directamente en el abdomen, lo que ayuda a destruir las células cancerosas residuales.
Este procedimiento es especialmente útil en pacientes con carcinomatosis peritoneal de origen colorrectal, mesotelioma peritoneal y cáncer de ovario, siempre que cumplan ciertos criterios de selección. No todos los pacientes son candidatos, por lo que realizamos una evaluación exhaustiva antes de decidir este abordaje.
¿Cómo debe prepararse un paciente para esta cirugía?
La preparación es clave para mejorar los resultados y minimizar las complicaciones. Generalmente, indicamos lo siguiente:
- Evaluación médica completa: Solicitamos análisis de sangre, estudios de imagen (como TAC o resonancia magnética) y pruebas cardiopulmonares. Esto nos permite asegurarnos de que el paciente está en condiciones óptimas para afrontar la cirugía.
- Nutrición adecuada: Es importante que el paciente tenga una alimentación rica en proteínas y equilibrada. En algunos casos, recomendamos suplementos nutricionales.
- Preparación intestinal: Dependiendo del caso, se puede requerir un vaciamiento intestinal con laxantes o enemas. La hidratación también es esencial.
- Ejercicio y fortalecimiento: Mantenerse físicamente activo antes de la cirugía ayuda a la recuperación postoperatoria. Además, sugerimos ejercicios respiratorios para reducir el riesgo de complicaciones pulmonares.
- Revisión de medicación: Si el paciente toma anticoagulantes, debemos ajustar o suspender temporalmente el tratamiento bajo supervisión médica. También revisamos medicación para enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes.
- Bienestar emocional: Es normal sentir ansiedad antes de una cirugía de esta magnitud. La información clara y el apoyo psicológico pueden ser de gran ayuda para afrontar el proceso con tranquilidad.
¿Cómo es el procedimiento quirúrgico?
La cirugía puede durar entre 6 y 12 horas. En la primera fase, eliminamos todos los tumores visibles en el abdomen. En la segunda, administramos la HIPEC, una quimioterapia líquida calentada, que circula en la cavidad abdominal durante aproximadamente 60-90 minutos. Esto permite atacar células cancerosas microscópicas que puedan haber quedado después de la cirugía.
¿Qué sucede después de la cirugía?
Tras la intervención, los pacientes son trasladados a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) o a una unidad de vigilancia intermedia para un monitoreo cercano. Los primeros días son críticos:
- Se administran analgésicos para controlar el dolor.
- Se mantienen drenajes y catéteres para eliminar líquidos acumulados en la cavidad abdominal.
- La alimentación será progresiva, comenzando con nutrición parenteral y avanzando gradualmente hasta una dieta blanda.
- Se fomenta la movilización temprana para reducir riesgos como trombosis venosa profunda.
La estancia hospitalaria varía entre 10 y 20 días, dependiendo de la evolución del paciente.
¿Cómo es la recuperación en casa?
El proceso de recuperación continúa en el hogar y requiere seguir algunas recomendaciones clave:
- Dieta progresiva: El paciente debe reintroducir los alimentos de forma gradual, priorizando una alimentación rica en proteínas y de fácil digestión.
- Control del dolor: Se administran analgésicos según necesidad, y en algunos casos se mantiene un tratamiento con anticoagulantes.
- Actividad física: Aunque el reposo es necesario, es importante caminar y moverse para favorecer la circulación y prevenir complicaciones.
- Cuidado de la herida quirúrgica: La herida debe mantenerse limpia y seca, y es fundamental vigilar cualquier signo de infección como enrojecimiento o supuración.
- Seguimiento médico: Se programan consultas periódicas con el equipo oncológico y quirúrgico para evaluar la evolución. En algunos casos, puede requerirse quimioterapia complementaria.
¿Qué complicaciones pueden surgir y cómo identificarlas?
A pesar de todas las medidas preventivas, pueden aparecer complicaciones que requieren atención inmediata:
- Infecciones en la herida o dentro del abdomen.
- Obstrucciones intestinales.
- Problemas circulatorios como trombosis o embolia pulmonar.
- Insuficiencia renal o hepática secundaria a la HIPEC.
Si el paciente presenta fiebre persistente, dolor abdominal intenso, vómitos frecuentes o dificultad respiratoria, debe acudir al hospital de inmediato.
Mensaje final
Sabemos que enfrentarse a este tratamiento puede ser un desafío, pero nuestro equipo está aquí para acompañarles en cada paso del proceso. La preparación adecuada y el seguimiento de las recomendaciones médicas son clave para una recuperación óptima. Si tienen dudas, no duden en consultarnos. Estamos para ayudarles.