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Obesidad y enfermedad hepática: cómo prevenir y tratar este problema

En las últimas décadas, la obesidad se ha convertido en una de las principales causas de enfermedad hepática. Este exceso de peso corporal está directamente relacionado con el hígado graso no alcohólico (NAFLD), una afección en la que la grasa se acumula en el hígado, afectando su función y pudiendo progresar a complicaciones graves como cirrosis o cáncer hepático.

¿Qué es el hígado graso no alcohólico (NAFLD)?
El NAFLD es una enfermedad hepática caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado de personas que no consumen alcohol en exceso. Aunque puede no presentar síntomas al inicio, su evolución puede llevar a esteatohepatitis no alcohólica (NASH), fibrosis, cirrosis o cáncer de hígado.

Obesidad: la principal causa del hígado graso
La obesidad es el principal factor de riesgo para desarrollar NAFLD. El exceso de grasa corporal aumenta los depósitos de grasa en el hígado y favorece la inflamación hepática. Entre los factores que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad destacan:

  • Dietas poco saludables: Ricas en alimentos ultraprocesados, azúcares y grasas saturadas.
  • Sedentarismo: La falta de actividad física reduce el gasto energético y favorece el almacenamiento de grasa.
  • Resistencia a la insulina: Frecuente en personas con obesidad, esta condición agrava la acumulación de grasa en el hígado.

¿Qué opciones existen para prevenir o tratar el hígado graso?

  1. Cambios en el estilo de vida:
    • Adoptar una dieta equilibrada basada en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables como el aceite de oliva.
    • Incorporar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana para reducir la grasa corporal.
  2. Pérdida de peso:
    Una reducción gradual del 5-10% del peso corporal puede mejorar significativamente la salud del hígado.
  3. Cirugía bariátrica:
    En casos de obesidad severa, la cirugía bariátrica se ha consolidado como una opción efectiva para reducir peso de forma sostenida. Este procedimiento, además de mejorar enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2, ha demostrado ser beneficioso para revertir el hígado graso y prevenir complicaciones hepáticas graves.

¿Cuándo considerar la cirugía bariátrica?
La cirugía bariátrica está indicada en pacientes con obesidad severa (índice de masa corporal [IMC] ≥ 40, o ≥ 35 con enfermedades asociadas como NAFLD). Este procedimiento debe ser evaluado por un equipo médico multidisciplinario, que analizará los riesgos y beneficios en cada caso.

Conclusión
La obesidad y el hígado graso están estrechamente relacionados, pero existen múltiples estrategias para prevenir y tratar esta enfermedad. Desde adoptar hábitos saludables hasta considerar opciones como la cirugía bariátrica, es posible mejorar la salud hepática y reducir el riesgo de complicaciones graves. Consulta con tu médico para encontrar el mejor enfoque según tu situación.